El templo Debod, una joya de Egipto en la capital de España, Madrid
La milenaria cultura egipcia es una de las más importantes a nivel cultural y arquitectónico, a lo largo de los siglos, hasta llegar a nuestros días, han resistido al paso del tiempo muchas construcciones de esta antigua civilización.
Gracias a este gran legado que nos han dejado, se puede imaginar más o menos de forma aproximada cómo vivía esta civilización.
En el año 1968, en compensación de la ayuda de España por salvar los templos de Nubia, Egipto hizo un regalo a cada uno de los países que prestaron su ayuda por este noble cometido.
El Templo Debod es el regalo que Egipto hizo a España, y es todo un privilegio para un país contar con esta joya de unos 2.200 años de antigüedad traída desde las lejanas y áridas tierras de Egipto.
Una vez en España, se colocó al oeste de la Plaza de España de la ciudad de Madrid, justo al lado del paseo del pintor Rosales, y con la misma orientación que tenía en su lugar de origen, de este a oeste.
Un templo, una historia y un monarca poco conocido
El Templo de Debod tiene una antigüedad de unos 2.200 años como se ha mencionado en párrafos anteriores, se supone que fue mandado a construir en el año 200 a.C por el rey Ptolomeo IV, aunque lo más probable es que fuera por un monarca del cual hoy en día se tienen pocos datos, el rey Adijalamani, monarca de Meroe en el siglo II a.C., quien fue el sucesor del rey Arqamani.
El rey de Meroe Adijalamani no pertenece a la dinastía ptolemaica, no es egipcio, y el Templo de Debod es muy importante en la referencia histórica de este monarca, ya que aparece documentado entre los jeroglíficos en relieve de sus paredes, siendo una de las pocas referencias históricas que se tienen sobre este monarca, por lo que se puede decir que Madrid tiene un monumento egipcio muy especial a nivel histórico.
Esta capilla fue construida en honor al dios Amón, el dios de la creación egipcio, aunque también se ve referencias de otros dioses egipcios, como pueden ser Mut, Osiris e Isis, este templo es testigo de las muchas civilizaciones y estas han dejado huella entre sus paredes.
Entre ellas, las mismas generaciones ptolemaicas egipcias como pueden ser Ptolomeo VI, Ptolomeo VIII y Ptolomeo XII, que seguramente ampliaron el Templo Debod e incluso dejaron sendas Naos, desgraciadamente solo podemos contemplar en la capilla del Naos la que nos dejó Ptolomeo XII, y otra se perdió en el pasado siglo XIX, haciendo que el Templo Debod sea tal y como lo conocemos hoy en día.
La civilización romana también se ve representada, en el vestíbulo se puede contemplar a Octavio Augusto, quien fue el primer emperador de Roma, haciendo ofrenda a los dioses a los cuales representaba este monumento milenario, al igual que al segundo emperador de Roma, Tiberio, el cual también se ve entre sus paredes representado en relieve.
Entre las tantas inscripciones que se pueden ver en el Templo Debod, se pueden apreciar inscripciones griegas o coptas, también cruces, incluso elementos musulmanes que datan de la etapa en la que Nubia fue parte de la comunidad musulmana, también se pueden ver como los viajeros han dejado su inscripción, algunas de personajes importantes como Riffaud, que dejo su nombre y fecha en la cual estuvo trabajando en el templo, que fue a comienzos del siglo XIX.
Hoy en día el Templo Debod sigue siendo estudiado, ya que los jeroglíficos e incluso las inscripciones nos cuenta muchas cosas de la antigüedad.
Aunque el exterior no se encuentra totalmente completo, ya que falta uno de los pilonos, en realidad contaba con tres portales y no dos tal y como lo vemos hoy en Madrid, y parte de la fachada principal y laterales que se perdieron en a lo largo del siglo XIX, a pesar de ello y gracias a varias restauraciones, su interior se encuentra prácticamente completo, logrando ser una auténtica entrada al pasado.
El Templo Debod se ha convertido en una señal de identidad de la ciudad de Madrid, una joya de Egipto, del pasado, que debemos de mantener en el futuro.