La torre Eiffel, la hermosa y admirada dama de Francia

Oh París, la ciudad de la luz y del amor, capital de Francia y una de las ciudades más visitadas del mundo, en esta ciudad se respira felicidad, amor, lo viejo y lo nuevo, y en ella hay una hermosa dama, visible desde cualquier punto de la ciudad, amada y querida por todos los parisinos, y enamora a todo el que llega para contemplarla. Hablamos de la torre Eiffel.
Lo torre Eiffel sigue siendo a día de hoy, el punto más alto de la ciudad. Su última planta, la tercera, se encuentra a los 276 m. y su punto más alto alcanza los 324 m.
La dama de París, la torre Eiffel, es uno de los monumentos más visitado del mundo, y a su vez es el mirador más bello de la ciudad, millones de personas esperan largas colas para subir y contemplar la ciudad desde su tercera planta, desde ella se puede ver la ciudad completa e incluso se escucha como palpita el corazón de París.
La dama de hierro, entre controversia y admiración
La torre Eiffel es un monumento relativamente nuevo, su construcción termino en el año 1.889, la cual fue construida en 2 años, 2 meses y 5 días, por no más de 250 obreros a la vez.
Se inauguro el 31 de marzo del 1.889 a tiempo para la Exposición Universal de París de 1.889, el cual era el cometido de su construcción, esta fecha no fue escogida al azar, ya que simboliza la celebración del centenario de la revolución francesa.
Esta gran estructura de hierro pudelado fue diseñada por los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier, a este diseño el arquitecto Stephen Sauvestre lo doto de su toque personal, quedando el diseño que todos conocemos hoy en día, su construcción fue realizada por el ingeniero de origen francés Alexandre Gustave Eiffel, del cual la torre coge su nombre, siendo este menester lo que lo catapulto a la fama mundial, y trascender en el tiempo.
Desde su inauguración, la torre Eiffel ha generado gran interés, miles de personas iban a visitarla y contemplarla, algunos de ellos de suma importancia, como la familia real británica, Hirohito, antes de ser emperador de Japón, o el reconocido inventor Thomas Edison, pero no todos la veían con buenos ojos.
Empezando por los mismos vecinos, aunque eso sí, eran muy pocos en aquella época, se quejaban indicando que esa construcción de hierro acabaría con su barrio, los artistas tampoco les hacía gracia, en aquel entonces, una estructura de hierro se consideraba vulgar y de mal gusto.
La torre Eiffel es más que una torre de hierro
Desde su inauguración hasta a día de hoy, la torre Eiffel ha contemplado muchos acontecimientos, y ganándose el respeto de ser más que una torre.
Durante la primera guerra mundial, el receptor que había en lo alto de la torre captó las señales del bando enemigo, lo que ayudo a dificultar el avance de los soldados alemanes, gracias a esto los aliados ganaron su primera batalla en Marne.
Desde su nacimiento en 1.889 hasta el año 1.930 fue la estructura más alta del mundo, perdiendo dicho título en el momento que termino la construcción del edificio Chrysler Building de Nueva York.
En abril del año 1.935, la torre Eiffel colaboró en lo que hoy conocemos como la televisión, ya que se instalo un trasmisor de onda corta experimental para las trasmisiones de televisión.
Durante la liberación de París de Alemania, la torre Eiffel fue utilizada para comunicarse con las tropas de los aliados.
En el año 1.960 cuando se puso en auge el turismo internacional, la torre Eiffel atrajo a millones de turistas, en consecuencia, la torre fue reformada. En el año 1.964 fue declarada monumento histórico por el Ministerio de Asuntos Culturales dirigido por André Malraux.
Es a partir de 1.970, cuando la torre Eiffel se ganó la admiración y los corazones de todo el mundo, convirtiéndose hoy en un símbolo.
Gustave Eiffel no solo levanto una torre, levantó un símbolo, el símbolo de una nación, de la modernidad, del glamour, del amor y de la alegría.
Es imposible ir a París y no visitar la torre Eiffel, la dama de hierro atrae a cada uno de los turistas que se acercan a la ciudad, contemplarla de día es maravilloso, y ver como la torre Eiffel ilumina París por la noche es todo espectáculo.